Duerme
mi niña
Deja
que tus sueños crezcan.
Libera tus pensamientos. Paséalos por el jardín de este otoño sin fin. Son ligeros como el aire. Llenos de luz como la estrella. Fuerte eres, empuja al abismo entonces, todo lo que no es tuyo
Libera tus pensamientos. Paséalos por el jardín de este otoño sin fin. Son ligeros como el aire. Llenos de luz como la estrella. Fuerte eres, empuja al abismo entonces, todo lo que no es tuyo
Te
enviare a Juan Salvador Gaviota a que te traiga hasta mi playa. Flotarás sobre
la cresta de las olas. Te posándote sobre la arena, como pluma que
mece la brisa.
Déjame que te espere y espérame. Es largo el camino, arduo, difícil, pero no oscuro, tiene luz en su fin. Y yo, la determinación de caminar.
Contare los granos de arena en el reloj de la vida. Lo volteare cuantas veces sea preciso hasta encontrar el número exacto. El número que abrirá el cristal como un diamante sin cuerpo. Dentro estas tu. Dentro estoy yo
Déjame que te espere y espérame. Es largo el camino, arduo, difícil, pero no oscuro, tiene luz en su fin. Y yo, la determinación de caminar.
Contare los granos de arena en el reloj de la vida. Lo volteare cuantas veces sea preciso hasta encontrar el número exacto. El número que abrirá el cristal como un diamante sin cuerpo. Dentro estas tu. Dentro estoy yo
Déjame
que te ame y ámame. Como el día quiere al sol. Como la noche la oscuridad.
Estando sin estar. Siendo sin ser.
Déjame que te libere, de las huellas del
pasado. De fantasmas con sabana blanca, o de carne y hueso, que tanto te han
dañado. Ya es tiempo de vivir. Ya es tiempo de sentir.
No poseo poder alguno. Ni soy mago, ni hechicero. Ni brujo, ni chaman. Tan solo quererte quiero
No poseo poder alguno. Ni soy mago, ni hechicero. Ni brujo, ni chaman. Tan solo quererte quiero
Despierta
mi niña
Es
hora de abrir los ojos.
El
sueño ya creció. Se hizo mayor y voló. ¡Pero no te asustes! luz de miel.
Miedos, fantasmas y reloj fueron solo ilusión. O quizás un embrujo, un embrujo
de protección, preparado por tu propio corazón.
Nada
has de temer, pues nada te amenaza. Mas no hay camino de rosas que no tenga
espinas. Y forman parte de ellas. Alguna se clavara. Y nos dañara. Y entonces, si
ocurre, debemos recordar, que tenemos algo más fuerte, mucho más que el
dolor que podamos provocar. Tu lo sabes, yo lo se.
Se
conjuga con el verbo amar
Que dulces suenan hoy estas palabras.
ResponderEliminarEn "tu casa" que es mi guarida nunca siento miedos ni amenazas, si soy como soy es porque a tu lado me siento infinita, el mundo se me queda pequeño a tu lado, tu alma ya está cosida para siempre en mi corazón. Cuando me miro en tus ojos de cielo todos los fantasmas desaperecen y sólo soy capaz de sentir paz y mucho mucho amor.
Gracias.
Siempre tuya