Fotografia: Casa Rural en Sada (Enero 2011)
LA COMIDA
“Cántame una nana al despertar. Quiero volver a soñar.
Sentir que no es día sino noche. Guardar un recuerdo limpio. Salvar lo bueno, desterrar sombras
Sigo atado al mástil. No quiero cantos de sirenas
Déjame lavar mis miserias. Borrar el negro que tapó al
blanco.
No lo entiendo, me dijiste.
A veces no hay que entender, solo pensar. Te lo explicaré, si es
preciso, cuando sea capaz de hablar. De hablar sin dañar. Antes no pude. Hoy no
puedo y no se cuando seré capaz….”
Mientras el cuchillo corta
los ingredientes alguna lágrima se mezcla con ellos. No tiene importancia,
pienso, las lágrimas le darán el toque
salobre. Salen de mis ojos y volverán a mi.
Recuerdo una película que me marcó “Como agua para chocolate”.
El cuenco recibe con agrado el mix. Hace semanas que no como
con normalidad. Hoy será una ensalada a mi estilo, o sea ninguno.
No estoy solo, Pau Casals interpreta para mi El Canto de los
Ocelos
Las porciones de lechuga reciben un baño de sal. Mis manos
las acarician buscando un reparto equitativo. Después unos trocitos de tomate
deshidratado bañados en aceite de oliva, unas hierbas aromáticas, unas porciones de queso viejo, unas
mariposas de nueces y un poco de manzana. Por último el AOVE en el que nadaba el tomate y unas gotas de Acetto
Balsámico.
Abro una botella de vino joven. Una equilibrada mezcla de Garnacha,
Tempranillo y Cabernet. Vierto con cuidado el caldo en la copa, recordando con
nostalgia la norma que me enseñó un presidente y amigo de una D.O. “nunca llenar más de 1/3 de la copa”. Me embeleso con
las tonalidades de su color mientras mis pensamientos vagan sin obedecerme. Me
gusta su aroma y lo que transmite en el paladar. Intentaré no pasarme, aunque
no apostaría ni un céntimo por mi.
Alzo la copa y brindo…..
Clochard
todo un ritual. Me gusta que no pueda apostar si superar ese tercio de copa.
ResponderEliminar